Mauricio Contreras, padre de Juan Diego, envía un aporte sobre el tema: “La familia y la pareja en el duelo”.

Lazos. _ Febrero 19/2024

 Tema: La Familia y la pareja en el duelo

 Contexto

La muerte de un hijo (a) genera un gran conflicto: para la mayoría la vida continúa, pero para los padres…………………………………………………………………………………………………………………….
Los primeros momentos constituyen casi un proceso de supervivencia. A nivel familiar y de pareja, lo que suele suceder es que cada uno de los miembros adopta un rol frente a la crisis y al dolor.

De hecho, es común observar cómo la relación se ve afectada de acuerdo al rol que cada uno desempeñaba en el círculo familiar.

El reajuste del sistema familiar y, muchas veces, la relación con la pareja, requiere tiempo, compasión, entrega y comprensión.

 En este momento cómo sientes la relación con tu pareja y con tu familia?

A Juan Diego se le detectó un tumor en el cerebro en 1997; desde ese momento y hasta su muerte en 2010 no hicimos nada más que dedicarnos a él, a buscarle todas las alternativas posibles para que sanara: controles y tratamientos médicos tradicionales y homeopáticos, sanaciones con sacerdotes y otros ”especialistas”, oraciones en familia y grupales con terceras personas.

Así mismo, tratamos de seguir con nuestra vida “normal” de familia en cuanto a colegio, tareas, reuniones, paseos, viajes, fiestas, hasta actividad sexual, etc.

Cuando él murió, la tristeza reinaba en nuestro hogar y en el de la familia. Las cosas cambiaron dramáticamente para todos, y aunque yo recibí todo el apoyo de la compañía en la que trabajaba en ese momento y pude tomar tres (3) meses para dedicarme a mi esposa y nuestro otro hijo. Llorábamos mucho, no queríamos hacer nada y mi esposa entró en una depresión muy preocupante, nuestro otro hijo siguió con su vida escolar pero su rendimiento académico bajó como era de esperarse.

Vivíamos fuera de Colombia pero hacíamos parte de una comunidad de amigos que se volvieron nuestra familia, y nos ayudaron muchísimo dándonos compañía constante.

La familia en Colombia estaba impotente en cuanto a poder acompañarnos, pero igual todos estaban muy afectados y tristes.

Viajamos 6 meses después de la muerte de Juan Diego a Colombia y organizamos una misa conmemorativa a la que asistieron familiares y amigos y en la que todos pudimos hacer una catarsis juntos.  Fue un momento de quiebre para comenzar el proceso de sanación y manejo del duelo.

¿Cómo actúas frente a tu familia y frente a tu pareja?

Ante esta crisis y a pesar del profundo dolor que me envolvía, tuve que tomar las riendas de la situación, hacer todo lo que fuera posible para que el entorno familiar se mantuviera, que nuestro hijo menor continuara con su vida escolar y su ambiente de adolescente.

Con mi esposa asistimos a sesiones de psiquiatría que nos dieron unas pautas generales e impersonales ya que viviendo en Italia NO teníamos el apoyo de algún grupo similar a Lazos.

Para honrar la memoria de Juan Diego continuamos ocho (8) años más en nuestra experiencia internacional y gradualmente volvimos a disfrutar de la vida, de las pequeñas cosas y experiencias que él no pudo tener pero que sabíamos que habría disfrutado mucho.

¿Cómo describirías a tus familiares y a tu pareja, en estos momentos de tu vida?

Cada persona asimila el duelo de diferente manera y por tanto hay que entender las distintas reacciones de cada miembro de la familia. Nuestro hijo menor tenía en ese momento 13 años y se negó rotundamente a asistir a sesiones con psiquiatra, pero logramos que aceptara conversar periódicamente con la psicóloga de su colegio. También se metió de lleno en clases en una escuela de fútbol en Milán (Italia). Gradualmente fue soltando con nosotros su angustia y dolor.

Mi esposa no quiso volver a tomar medicamentos contra la depresión porque la ponían peor y regresó a un grupo de madres voluntarias del colegio de los chicos que hacían diversas actividades en pro del colegio e incluso actividades turísticas para ellas mismas. Eso la ayudó mucho igualmente.

Yo por mi parte había regresado a mi trabajo y volví a mis actividades rutinarias, viajes de trabajo y a jugar golf con mi grupo de amigos.

Volvimos a asistir a reuniones sociales, a pasear de nuevo.

TODO esto fue en el tiempo, es decir gradualmente fuimos retomando nuestra vida y a disfrutar de las pequeñas cosas como ya mencioné.

La familia en Colombia igualmente fue sanando gradualmente por el dolor a la pérdida de Juan Diego.

¿Cuál es la versión que te gustaría tener de tu familia, de tu pareja y de ti mismo?

Como lo dice uno de los principios de Lazos, al morir nuestro hijo, nuestra vida cambió totalmente.

Volver a ser la versión anterior a la muerte de Juan Diego es imposible, nos hemos adaptado a vivir sin él, recordándolo a diario y aceptando que al no estar más con nosotros, debemos tratar de ser una versión parcial nuestra más nunca igual.

Hoy 13 y medio años después de la muerte de Juan Diego, habiendo pasado por todos los niveles del duelo y aprendido a vivir sin él, somos una versión distinta, pero con muchos rasgos de aquella que eramos antes.

Disfrutamos de los pocos momentos que hoy tenemos en familia ya que al haber tenido que regresar mi esposa y yo a Colombia dejando a nuestro hijo menor con su vida en Europa es fundamental mantener la comunicación diaria por redes y muy periódicamente en persona.

Los hijos NO son de nuestra propiedad, son prestados y así hayan muerto o ya no vivan con nosotros nunca dejaremos de amarlos, por tanto sea cual sea la versión de ellos, de nuestra pareja o de nosotros mismos, seguiremos siendo familia hasta el fin de nuestros días.

GRACIAS