En mi condición de amante de las artes en general y por ende del cine, ya había tenido la oportunidad de ver esta película en el año en que fue estrenada. Siempre me llamó la atención que la presentaran en diciembre, época en la que suelen proyectarse películas amenas, como comedias y de temas familiares, pero leyendo reseñas sobre los motivos por los que decidieron mostrarla en esa época, encontré que precisamente buscaron mostrar el otro lado de esas fechas, de los que han sufrido una pérdida como la nuestra y viven ese mes de una manera completamente diferente.
También me pregunté, al igual que otros papitos de nuestro grupo si tal vez quien escribió la historia había pasado algo similar a nosotros y aparentemente no fue así, lo que a mi parecer le dio más mérito al mensaje y a lo que quisieron transmitir con la película porque, efectivamente, toca las fibras más sensibles de quienes hemos tenido esta clase de pérdida: la de un hijo o una hija.
Para mi existe un antes y un después con esta película, porque cuando la ví por primera vez, la encontré muy bella y profunda (a diferencia de la crítica especializada que, entre muchas cosas, la tildó de sensiblera y fácil), pero verla después de perder a mi hija y después de haber entrado a lazos, fue totalmente diferente, como si hubiera abierto los ojos a una cantidad de cosas que nunca antes había visto. Puede que esa perspectiva haga parte de esa “conexión profunda con todo lo que nos rodea” de lo que se habla en la película.
Encuentro muy valioso que el escritor de esta historia, quien no ha pasado por nuestra pérdida haya logrado capturar lo que se siente al perder un hijo o hija y darnos un mensaje de esperanza y resiliencia. Es una película fácil de entender para quienes son protagonistas de la tragedia, pero también tiene mucho mérito porque capta los corazones de quienes no la han vivido (como pasó conmigo la primera vez que la vi).
Para resolver las preguntas planteadas hice las siguientes reflexiones:
- ¿Qué situaciones, sentimientos o personas de su proceso personal relaciona con escenas de la película?
Situaciones
La película nos presenta un catálogo de situaciones complejas y muy profundas que vale la pena examinar, pues en ellas converge todo lo que aprendemos y vemos en Lazos, en nuestro papel de padres en duelo.
La navidad
Es una película que se desarrolla en la época más alegre y festiva del año en casi todo el mundo; y nos permite tener empatía con aquellas personas que no pueden celebrar las fiestas porque están destrozadas por el dolor, nos muestra una nueva perspectiva para que podamos ser más comprensivos con quienes pasan por este tipo de eventualidades.
La pérdida
En la película y desde el punto de vista de las abstracciones que nos muestra (amor, tiempo y muerte), vemos que todos los personajes han sufrido una pérdida: Howard ha sufrido la que, por lo menos a mi parecer, es la peor de todas: La muerte de su hija de cinco años. Witt ha perdido el amor de su hija, causado por un error que él cometió (infidelidad) y que dejó una huella muy profunda en ella. Claire se enfrenta a la imposibilidad de ser madre porque dedicó todo su tiempo al trabajo y ha perdido su época de fertilidad y finalmente Simon, ha perdido su salud y se enfrenta a la inminencia de su muerte. En conjunto, todos han sufrido también una pérdida en materia laboral y económica porque la situación de Howard los ha llevado a una crisis empresarial que los puede dejar en la quiebra.
Aquí aprendemos la extensión de lo que puede significar la palabra pérdida, para darnos cuenta que no siempre está relacionada con la muerte de una persona, sino que es un término mucho más amplio y complejo.
Las bondades de sentir compasión y ayudar a los demás
La película nos muestra como en el camino de ayudar a alguien, podemos ser nosotros quienes terminamos recibiendo ayuda y sanando. Aunque parece que el móvil de los tres amigos de Howard fuera económico a efectos de no perder su empresa, vemos que lo que ellos realmente persiguen es ayudarlo a salir de una situación que ellos no dimensionan, que no comprenden, pero que saben se debe tratar o de lo contrario, van a perder a ese gran ser humano que es su amigo Howard.
Es muy bonito ver cómo en su afán de ayudar a su amigo, cada uno de ellos encuentra respuestas y soluciones al problema que los aqueja. Witt entiende como a través del amor puede recuperar a su hija, Claire comprende que hay muchas maneras para poder ser madre y que aún tiene un futuro en el que puede aprovechar mejor su tiempo en ese rol; y Simon comprende que a pesar de la inevitabilidad de su muerte, puede irse de la mejor manera posible, en armonía con sus seres queridos, reconciliado y agradecido por la vida que tuvo (aquí recordé la labor a la que se dedicó Elisabeth Kübler-Ross ayudando a las personas a un “mejor morir”).
El duelo patológico y el duelo sano
En esta película también vemos muy bien representadas las diferencias entre estos dos duelos, por una parte, tenemos a Howard quien claramente vive un duelo patológico, en el que se estancó en el sufrimiento y no puede ver más allá de la tristeza, la ira, la negación, el aislamiento, el sentimiento de ser despojado del que nos habla uno de los principios filosóficos de Lazos y todo esto lo ha llevado incluso al divorcio con su esposa. Ella en cambio ha abordado su duelo de una manera sana, aunque también es claro el profundo dolor que lleva consigo, tomó la decisión de transformar su tragedia en algo positivo y significativo. Gracias a esa decisión, lidera un grupo de ayuda mutua y se apoya con otras personas que transitan ese mismo camino doloroso.
Creo que todos los padres que hemos perdido a un hijo o hija, nos hemos enfrentado a esta situación que nos exige la toma de una decisión. Cuando mi hija murió me pregunté: ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué debo hacer? ¿Se va a acabar mi vida con la de mi hija? ¿Me voy a consumir en el dolor?, sin embargo me decidí por encontrarle un sentido a lo que pasó, a la vida, a levantarme del suelo y a honrar a mi hija de la mejor manera que pueda, vivir la vida por las dos, hacer algo por los demás en honor a ella, a su hermosura, su nobleza y a todo lo bueno que ella significa para mí, decidí que tal vez ayudando a quienes padecen lo mismo que ella podría ayudarme en el camino… El catálogo es infinito y la respuesta solo la tiene cada uno de nosotros, qué decisión tomar, cómo ver la belleza en nuestra tragedia y tal vez tomar la decisión de seguir adelante de la mejor manera posible en honor a nuestros hijos.
Me impresionó ver cómo en películas como esta, se van dilucidando todos los principios que aprendemos y estudiamos en Lazos, mi hija no murió dejándome la orden de sufrir, de perderme, mi vida cambió irremediablemente, pero yo puedo hacer que ese cambio sea para bien, debo encontrarle un sentido a la vida en honor a mi hija, debo trabajar de manera seria y comprometida en mi duelo, en pensar en los demás seres queridos que me quedan, en atravesar el dolor y con mucho tiempo y trabajo duro salir fortalecida, lista para poder mirar hacia el futuro y ver al pasado con gratitud y amor por el tiempo que tuve a mi princesa a mi lado. Necesito ayuda y si comparto mi dolor con otras personas, allí la puedo encontrar. ¡Gracias Lazos!
La superación del duelo patológico
El mensaje de esperanza que nos da esta película, es que se puede salir de un duelo patológico. A través de Howard vemos como, con mucho esfuerzo y después de ir en contravía por la vida (literalmente hablando), lleno de rabia y rebeldía, logra poco a poco dar el primer paso, el que nos cuesta tanto trabajo dar, el de la aceptación de la muerte de nuestros hijos. Cuando Howard logra decir el nombre de su hija, su edad, la manera como murió, pasa del estado de negación a la aceptación y a partir de allí emprende el camino de la sanación, no porque haya estado enfermo, como también nos lo enseña uno de los principios de lazos, pero sí porque cargaba con ese dolor inconmensurable de perder a su hija y entendió que solo no podía, necesitaba ayuda y así abraza la posibilidad de sanar el dolor de su corazón y se anima a dejar de recordar a su hija desde el dolor para pasar a sentirla desde el amor infinito.
Aquí recordé que el dolor que sentimos por la muerte de nuestros hijos es directamente proporcional al dolor que nos causa su muerte, y trato de comprender lo que la abstracción del amor le dijo a Howard: Yo estaba en la risa de tu hija, en sus ojos y en su vida, pero también estoy en tu dolor, En el dolor que te causa su muerte. Yo amaba tanto, tanto a mi hija que por eso el corazón me duele de semejante manera al saber que murió, pero decido todos los días vivir para las dos, amándola, recordándola precisamente con todo ese amor infinito que siento por ella y por sus hermanos, ese amor que siempre ha sido el motor de mi existencia.
Personas
Me identifico con Howard, con su dolor, con todo lo que siente, como la desesperanza, la falta de ganas de trabajar, la rabia con la manera como la vida sigue mientras la suya se detuvo. Pero también me identifico con su decisión de salir del sufrimiento y resignificar la muerte de su hija.
También me identifico con Witt porque él aprende la importancia del amor para superar la pérdida.
Sentimientos
La película me hizo reflexionar mucho sobre sentimientos como:
Impotencia. Esa imposibilidad de cambiar las cosas, la falta de control sobre lo que le pasó a mi hija, la falta de humildad para entender que no soy dueña de la situación y no puedo hacer nada para cambiarla.
Soberbia. En este proceso muchas veces somos soberbios porque no entendemos que la muerte es algo que no está en nuestro poder y que cuando llega debemos aprender a aceptarla y aunque suene irónico a “vivir con ella” porque en cualquier momento nos puede arrebatar a cualquiera de nuestros seres queridos. También considero que esa palabra “hubiera” es un poco soberbia porque nada de lo que hayamos hecho habría cambiado lo que iba a pasar.
Falta de empatía y compasión. En la película Howard está ensimismado en su dolor y no le interesa como su dolor está afectando todo su entorno y eso le impide ver que las personas a su alrededor necesitan de él y están sufriendo sus propias tragedias. Al final vemos como logra quitarse ese velo y logra comprender lo que ellos sufren y decide dejar de pensar solo en él, los perdona, los ayuda e incluso les aconseja.
Ira. Este sentimiento lo describe muy bien Howard cuando le explica a la muerte lo que siente cada vez que la gente intenta darle palabras de consuelo. Muchas veces hemos sentido esa rabia cuando escuchamos a alguien decir que nuestros hijos están mejor, que ya no sufren, que ya volaron…etc, pero también puede ser un sentimiento que nos lleve a la compasión, a la capacidad de entender que los demás no dicen las cosas por lastimarnos y recibir con amor sus comentarios, así no nos consuelen o no estemos de acuerdo con lo que insinúan.
Resiliencia. A través de Madeline (esposa de Howard) vemos el claro ejemplo de este concepto, la capacidad de atravesar por el dolor, sentirlo, vivirlo, pero no quedarse en él sino transformarlo en cosas bellas, positivas y amorosas.
Amor. Tal vez el sentimiento más importante y el eje de todo lo que vivimos, aquello que nos mueve y nos da un sentido, el sentimiento a través del cual decidimos cómo vivir después de una pérdida tan grande como la de nuestros hijos.
- ¿Con qué situación o personaje de la película se sintió identificado(a)?
Principalmente con el protagonista, Howard, quien nos muestra todas las aristas de las que está compuesto el duelo por la muerte de un hijo o hija. Con él recorremos el camino de superación del duelo patológico.
Simón me identifica en su camino de aceptación de la muerte, en su reconciliación con ella, en dejar de tenerle miedo y aceptarla, incluso entenderla o buscar su significado y ojalá encontrarlo en solo cosas buenas así sea difícil (resignificación).
- ¿Considera a los grupos de Lazos una necesidad en su proceso? ¿Por qué?
Desde el punto de vista de quien, como Howard en el transcurso de la historia, no ha aceptado su pérdida o no reconoce que necesita ayuda, sí es una necesidad el pertenecer a un grupo como Lazos, porque solo a través de este tipo de espacios es que se logran avances importantes en el duelo, como la aceptación, el compartir el dolor, exteriorizarlo, entenderlo y sobre todo encontrar otras almas sufrientes como las nuestras, lo que nos permite entender que no estamos solos.
En la actualidad para mí, más que una necesidad, Lazos es un refugio, un lugar seguro en el que puedo expresar todo lo que siento de la manera que sea sin ser juzgada, es un espacio en el que siempre encuentro consuelo, solidaridad, comprensión y mucho amor.
En suma, de eso se trata la belleza que debemos tratar de encontrar después de la muerte de nuestros hijos, la capacidad de conectarnos a un nivel absolutamente profundo con todo lo que nos rodea, entender el dolor de los demás y ser compasivos con ellos, el conectarnos de una manera especial con la naturaleza, disfrutar los momentos de paz, sentir el aire, el agua, el calor del sol, escuchar los sonidos, el canto de las aves que para mí es tan significativo, ver a mi hija en todo aquello que es hermoso en la creación, sentir que ahora ella, en su trascendencia hace parte de todas las maravillas que existen en el mundo y allí la puedo encontrar y sentirme acompañada.