Bogotá, D.C. 31 de Agosto de 2024
CARTA AL AMOR
AMOR: Un sentimiento positivo, un conjunto de emociones que mueve al ser humano desde lo más profundo se su ser.
Para mi significas tres silabas, siete letras NI -CO- LAS, la mayor expresión de amor que he tenido, tengo y tendré hasta mi último suspiro; tengo la fortuna de ser la mamá de un ser de luz, de amor en todo el sentido de la palabra, porque aún desde antes de nacer Nicolas marco mi vida, mi sendero.
Desde muy niña te tengo siempre presente en mi vida a través de los amaneceres, el canto de los pájaros, en la lluvia, en el sol, siempre te veo reflejado en la naturaleza y en cada detalle que nos regalas; en el amor de mi familia: mi hijo, mi padre, mi madre, mis hermanos, siempre rodeados de mascotas (nunca pueden faltar porque son amor puro y desinteresado).
Cuando supe que sería mamá me esforcé en cuidar el fruto del amor, a mi amado Nicolas, le pedí a la vida un niño hermoso, sano, lleno de vida y me lo concedió tal cual se lo pedí: llego con un ingrediente que nos cambió la vida por completo, llego resplandeciente de AMOR, un amor puro, limpio, cristalino, mágico y ese amor en mi pequeña manada es el primer hijo, el primer nieto, el primer sobrino, el primer bisnieto, …ohhh AMOR cuanta felicidad nos diste con la llegada a nuestras vidas de este pequeño que desde que abrió los ojos a la vida fue recibido con todo el amor que fuimos capaces de darle, con cada mimo, con el cuidado para que siempre estuviera bien!!; sin embargo no fue suficiente porque su vida preciosa se apagó en un instante y mi corazón estallo en mil pedazos y aunque Nicolas ya no está conmigo el amor crece exponencialmente y con el paso del tiempo no se detiene este amor de mamá.
Por el AMOR infinito a mi hijo abro mi corazón, mi mente para ser más compasiva, más empática, más solidaria y vivir desde el amor, la luz, eligiendo siempre lo mejor para honrar a mi hijo.
Por eso AMOR… solo tengo gratitud hacia ti porque me hiciste la mujer, la mamá, la cómplice, la compañera más afortunada y feliz del mundo; aunque no puedo ver, tocar, oír a mi Nicolas se que esta espiritualmente en mi ser e ilumina cada paso que doy.
Gracias…gracias…gracias…
Lucero Galvis Roa
Mamá de Nicolás
CARTA A LA MUERTE
Sra. Muerte, pelona, huesuda, parca,….
Cuantos adjetivos para nombrarte…la más fea, la más horrorosa invitada a la vida es lo que pienso de ti, pero eres lo único real que tenemos, lo único que no tiene solución y la certeza es que de esta vida nadie saldrá vivo.
Siempre al acecho, siempre rondando, estas como fiera hambrienta buscando a quien devorar, de niña te temía, y como lo sabía en mi pequeño entendimiento porque al cruzar por una funeraria, ver ataúdes me producían miedo, mucho miedo, hasta que llegaste sin ser invitada y te llevaste a mi abuelita paterna, no entendía lo que sucedía, pero era algo lúgubre, triste… luego llegaste por Alberto el sobrino amado de mi padre y continuaba esa tristeza que traes con tu paso. Pasaron muchos años, te llevaste a los abuelos maternos y aunque dolió fue más fácil comprender que todo lo que inicia, tiene un final.
El 18 de junio del 2020 en plena pandemia te llevaste a mi padre luego de una larga enfermedad, sentía mucho miedo que él muriera en casa y a mi lado, como si te lo hubiera pedido como un favor especial, no solo expiro su último aliento en su cama, sino que además lo sostenía en mis brazos, y sabes hasta te vi como algo o alguien… no sé cómo describirte… bueno, apacible, tranquilo, luego llegaste por mi tío más querido y hasta te agradecimos liberarlos de las enfermedades que con los años trajo el paso inevitable del tiempo.
Hasta ahí todo estuvo bien porque como nos mal enseñan primero mueren los padres, los ancianos porque ya cumplieron su ciclo de vida.
Pero llegaste aquel 6 de noviembre de 2022 y sin mediar palabra, sin avisar, y me arrebataste lo más valioso de la vida, mi único y gran AMOR, mi polo a tierra, mi faro, mi precioso hijo… Nicolasssss y empecé a experimentar todos los fenómenos naturales en un instante …un tsunami, un terremoto en la máxima escala de raiter, un huracán…… dejaste un vacío infinito, un dolor insoportable,… no hay palabras para expresar lo que sentimos quienes atravesamos por este suceso tan doloroso, inesperado y aterrador.
¿Varias veces me tocaste, hiciste el amague de venir por mí y no entiendo después de hacer el recuento de los sucesos que paso?, porque me dejaste?, al igual que los porque???, son otras preguntas sin respuestas … y esto me genera malestar porque con tantos intentos y no me llevas, desafiándote, y hasta tratando de salir a tu encuentro, me esquivas, me tienes miedo??? Jajajajajajaja. Pero eres una infame… me arrebataste lo más preciado de mi vida, mi hijo amado Nicolás, un joven sano, inteligente, alegre, lleno de vida, con tantos sueños por cumplir… en un instante le quitaste su preciosa vida y nos dejaste con un infinito dolor, un vacío enorme, un desasosiego, apagaste nuestras vidas en un abrir y cerrar de ojos, cambie de opinión… eres cruel, desalmada, fría, calculadora….
Aquí estoy esperándote con los brazos abiertos…no te tengo miedo. Como dice la canción de César Mora “quiero morirme de manera singular…quiero un adiós de carnaval” …
“No temas a la muerte, si viene abrázala como si se tratara de una hermosa mujer” Nicolás Álvarez Galvis. Nació el 10 de junio de 1997 – Murió 6 de Noviembre de 2022
1.-El AMOR te venció querida muerte, solo te llevaste el cuerpo físico de Nicolás, ¡¡su esencia, su amor, su legado es eterno y está más vivo que nunca!!
Lucero Galvis Roa.
Mamá de Nicolas.
CARTA AL TIEMPO
Querido tiempo: ¡¡Pasas tan raudo y veloz… en un momento estamos en la cuna y al instante siguiente estamos en la tumba!!
Solo puedo decirte que te corría, y sentía que no alcanzaba el día para realizar las labores, que pasabas y pasabas y no te detenías, de echo no te detienes, y sin tener la más remota idea en ocasiones te tiraba por la borda, desperdicie tanto tiempo con mi niño, mi tesorito que me dueles, pero como dice el refrán popular “el tiempo perdido, los santos lo lloran”
Como quisiera devolverte y congelarte en la tierna infancia de mi Niko, en su adolescencia, en su juventud, pero es imposible, solo quedan los gratos recuerdo del tiempo compartido, cada ocasión especial, cada cumpleaños, cada navidad, cada logro que celebrábamos siempre unidos en nuestra manada pequeña. Te agradezco infinitamente por los nueve meses de su gestación, por los 25 años 4 meses y 26 días que lo pude disfrutar de este lado del sol, sus travesuras, sus risas, sus logros, sus caídas, sus enfermedades, por todo lo bueno y lo no tan bueno que compartimos, infinita gratitud amigo tiempo.
Ahora todo cambio, físicamente Nicolás ya no está con nosotros, y recordar todo lo vivido me ayuda a ir como me han sugerido “un día a la vez”, en mi sentir y vivir es “un momento a la vez”.
Aferrada a todo el tiempo que vivimos juntos, como he ido aprendiendo poco a poco con el paso de los segundos, los minutos, las horas, los días, los meses… que siento tan interminables desde que mi amadísimo hijo Nicolas ya no está físicamente, pero que ahora vive en mi espiritualmente.
Lucero Galvis Roa
Mamá de Nicolás