Viviana Hernández, mamá de Julián, nos envía las tres cartas.

13 agosto del 2024

Cordial saludo:

Tengo pocas cosas que contarte que tu no sepas, por aquello que has estado a mi lado, IMPARABLE.

Te confieso que, por muchos años solo te percibí como algo INEVITABLE, y quizá si no contaba los minutos, días, meses o años jajaja (Creyendo que me quedaban muchos) aun siendo niña, te ignore, incluso hubo un tiempo donde desee que pasara rápido y ser “adulta independiente” Mmmm… que mal deseo, que ignorante.

Así que recuerdo vivir en modo automático, día a día y por muchos años, hasta que nació July y un año y medio después Samy. Fue cuando comencé a percibir tu presencia, tu importancia. Descubrir en ese entonces que nunca me podría librar de ti, que debía aceptarte en mi circulo social me agradaras o no, ya no te pude volver a ignorar, por el contrario, fui descubriendo tu inconcebible valor, tanto que ahora te valoro, respeto y aprecio, aunque no siempre me hagas sentir bien, te considero una buena amiga.

Te he sentido tangible, no solo en el reloj y el calendario, también en muchos recuerdos cuando July y Samy comenzaron a gatear y luego a caminar, en las liniecitas de la pared donde de vez en cuando marcábamos entusiasmados que estaban creciendo, en ese entonces te convertías con facilidad en orgullo, optimismo, motivación, asombro.

El 2 de enero del 2012, July fue diagnosticado con LLA (leucemia linfoblástica aguda) por sus siglas, y desde ese día te aprecio como a una hermana, porque te quiero, pero a veces no te soporto, no te aguanto cerca y lo peor de todo, es que no puedo evitarte porque para bien o para mal siempre has estado y estarás ahí para mí.

No me agradas cuando te pones LEEENTA y LAAARGA, como durante sus quimios, momentos de dolor y convalecencia, tiempo por aquí, tiempo por acá, contaba gota a gota, segundo a segundo, día tras día, medicamentos cada 8 – 12 – 24 horas por 3 – 7 – 10 – 15 días, 1, 2, 3, 4 meses y más, que INTENSO te pusiste, y luego la espera de esperanzadores resultados, eres ANGUSTIANTE.

El 10 de enero del 2016, enfermedad de nuevo, todo se repite, y tu ahí más INTENSO desde el 17 de junio de ese año 2016, 9:00 am trasplante de células madre, tic toc bien llamado día cero. Mi July vuelve a nacer luego de una quimio que claro y conciso mata a todas las células sanguíneas de su cuerpo para ponerle otras nuevas sanas.

¿Acaso estabas cansado de ir a su lado?

¿Te confabulaste con muerte para ambos poder liberarse de el en este plano de vida?

Te transformaste en traición, amenaza, ira, agobio, preocupación, incertidumbre, tristeza.

Descubro que también eres CONVENIENTE, como dicen “Lo ancho pa’ ti y lo angosto pa’ mi”. El   5 de octubre del 2020 a 5 días de su cumpleaños, en el que celebraríamos su 17 años el cáncer volvió y mucho más fuerte, conozco tu faceta MORTAL, si, eres MORTAL en vida porque desde ese día eres tan interminable como mi dolor, INTERMINABLE como tú 24 horas al día 7 días a la semana, en ese momento vi con claridad que tu no avanzas IMPARABLE, que no eres como un reloj o calendario, eres un temporizador RAPIDO, contando su tiempo hacia atrás y CORTO como siento los momentos de felicidad, hasta que el un 17 de junio del 2021 llegaste a 00:00 para él y no para mí.

Hoy a 3 años, 2 meses, 27 días también me he dado cuenta de que eres hermoso cuando recuerdo tiempos intermedios entre tratamiento y tratamiento, recaída y recaída, en los cuales te mostrabas en forma de esperanza, entusiasmo, plenitud, ilusión, cuando sacaste lo mejor de él, hijo maravilloso, inteligente, paciente, valiente, fuerte, esperanzado, amoroso, que impacto con su carisma y amor a la vida a todos con quien tuvo contacto y sé que también a la distancia a muchos con quienes no. Te siento HERMOSO cuando recuerdo los tiempos de risas, juegos, viajes, charlas. En esos donde su abuelo y yo le enseñamos a tocar guitarra, y es que como tu July tampoco se detuvo, ¿Recuerdas todos sus anhelos? Que intensidad y voluntad de logra todo lo que se propuso, tocar la guitarra, batería, bisutería, arquero, origami, tejido, bordado, ciclismo… ese muchacho se iba al alto del vino con una fixie hasta que tuvo su bicicleta de carreras, y no sigo recordándote más porque esta carta se convertiría en una enciclopedia.

Fueron casi 10 años que para mí se sientes como 40, a su lado 24 horas cuidándolo, protegiéndolo, acompañándolo, intentando dividirme en dos porque Samy siempre me esperaba en casa, y aunque estuvo siempre en buenas manos (Mis papás, mi tía, mi hermana) mamá es mamá y por más que intenté demostrarle mi amor, por más que procuré hacerle entender que los amo por igual, que siempre ha sido tan importante como July, luego de su partida me ha dejado notar que no lo sintió así, y aunque a veces deseo intensamente que tu llegues a 00:00 para mí también por que el dolor, la tristeza y el vació que siento por la partida de July hace como que desaparezca toda motivación, podría decir que también es una belleza inesperada que estes dispuesto a no soltarme pese a mis malos tratos hacia ti, ya sabes que hay días buenos y otros que no son tanto, pero intento 1, 2, 10, 20 y si tienen que ser 100 o 1000 veces no perderte y aprovecharte para ponerme al día con Samy y conmigo misma.

TE AGRADEZCO todo lo LENTO, RAPIDO, LAAARGO, CORTO y hasta lo CONVENIENTE e INESPERADO que has sido y seguirás siendo, pero en mi mente intentaré por sobre todo agradecerte por la BELLEZA INESPERADA en la cual te transformas también.

Viviana Hernández,

Mamá de Julián Martínez (Q.P.D 10/10/03 – 17/06/21) y Samuel Martínez

18 de agosto 2024

Muerte

Cordial saludo,

Te escribo para que sepas que tengo presente que tenemos una cita, no sé cuándo, no sé a qué hora, no sé si estaré libre u ocupada, solo sé que en nivel jerárquico de este plano eres un compromiso INELUDIBLE. A veces quisiera que esa cita fuera hoy mismo y otras veces deseo que aún no me hayas ni a mí ni a nadie cercano, a mi hijo, padres, hermanas.

Recuerdo con tristeza y agobio el día que le cumpliste la cita a mi July, no sé si fue un acto compasivo el que le pasaras un preaviso 8 meses 12 días antes, durante los cuales aprovechamos la presencia de tiempo al máximo, pero ya sabes, tiempo por más LARGO que parezca nunca en suficiente.

Y Luego de años de vivir en función de 3 palabras que retumbaron en mi mente desde el diagnostico, “CALIDAD DE VIDA” donde procuré lo mejor en todo lo que pude, la mayor comodidad, pese a las circunstancias la mayor tranquilidad y la mejor actitud. Ahora descubriría que también viviría en función de la “CALIDAD DE MUERTE”, ¿CALIDAD DE MUERTE?, el solo pensar en esa frase del doctor, me ponía en estado de horror, desespero, negación, que disimulé con mucho esfuerzo delante de July. No sé si fue también otro acto compasivo de tu parte o una oportunidad, obligarme a preparar su cita contigo, así como prepare con tanto cuidado todo para su nacimiento.

Entendí en mi circunstancia la frase de Edith Eger “No podemos desaparecer la oscuridad, pero podemos decidir encender la luz”.

No podía cancelar su cita contigo, pero hice todo lo posible para que estuviera cómodo y mejor atendido. July y yo hablamos luego de que, durante una transfusión en urgencias, presenciáramos en primera fila cuando viniste por Leila mientras esperábamos el alta para volver a casa y celebrar el día de la madre.

Acordamos que, de ser posible, intentáramos que sucediera en casa, ya que aprendimos que las clínicas no están preparadas para la “CALIDAD” con la que se te debe recibir, allí intentan al máximo, evitarte, alargando el dolor, sufrimiento y convalecencia. July en una cita médica le pidió al doctor, que, si por algo fuera de nuestro control debía recibirte en la clínica, le solicitaba marcar su historia clínica con orden de NO RESUCITACIÓN, NO ENTUBACIÓN, ni ningún procedimiento que le evitara encontrarse contigo en su momento. Por ello cuando viniste por él, estaba en su cama, mi hermana consentía su cabeza mientras yo intentaba calentar sus pies y es que luego de esa única convulsión que tuvo esa mañana, supe que venias en camino, supe que si despertaba no volvería a ser el mismo, así que procuramos que durmiera mientras le pedía a tiempo que te apresurara, preferí con total seguridad entregártelo a verlo sufrir sin más remedio.

Gracias, porque aun cuando te esperamos con enojo, temor incertidumbre, llegaste y alivianaste su dolor, él estaba listo, me lo dijo antes de dormir la noche anterior.

  • Mamá, estoy listo para irme, me siento muy cansado, mientras estuve bien valió la pena, pero ahora no puedo comer, no puedo mear, ni cagar (Con una sonrisa sarcástica) y eso no es vida, quiero sentir como se siente irse.

Yo le pregunte:

  • ¿no sería mejor mientras duermes?

El apretó sus labios, subió sus hombros, dijo:

  • No sé

Se acostó, lo arropé, nos dijimos que nos amábamos y durmió hasta las 9:45 del siguiente día 17 de junio del 2021, cuando llegaste y lo liberaste de ese cuerpo enfermo, y aunque aún no lo entiendo porque viniste por el antes que, por mí, es claro que no te odio ni te guardo rencor, comprendí que la ira que siento es hacia la enfermedad, a la cual aún no le encuentro sentido porque fue la que siento que acelero tu cita con él.

Gracias a July, yo tampoco te espero con temor, solo te pido también que llegues a mí con amor y piedad.

Viviana Hernández,

Mamá de Julián Martínez Q.P.D 10/10/03 – 17/06/21

24 de agosto del 2024

Amor,

Te he pensado mucho, de hecho, desde siempre recuerdo haber escuchado de ti, también preguntando por ti y nadie supo poner en palabras respuestas que me llevaran a encontrarte.

Te busqué en cosas, porque te sentía cerca en regalos y detalles, te busqué en personas, porque te creí percibir en palabras cariñosas, abrazos y besos… y otras “cosas”, en fin, fueron intentos fallidos.

Cuando July y luego samy nacieron, comencé a sentir algo inexplicable, que brotaba desde dentro de mí, una fuerza inagotable para trabajar y darles lo mejor posible, un impulso continuo de hacerles entender de una manera u otra cuan importantes son para mí, una manía incontrolable de abrazarlos, besarlos, empujarlos de la cama cuando estaban distraídos y comenzar una guerra de quien sacaba a quien de la cama, un deseo ininterrumpido que entendieran que los acepto y admiro tal y como son, con fortalezas y debilidades, cuando aciertan y cuando no.

Fue cuando descubrí que siempre estuviste en mí y no me había dado cuenta, me has dado los mejores momentos de mi vida, y sin esperar nada a cambio.

Dicen que eres un sentimiento, pero también te he podido percibir en los sentidos, te escucho en las palabras cariñosas, te siento en abrazos sinceros, te veo en la compasión de otros, te saboreo y huelo en la comida de mi mami, y a pesar de que hubo desilusiones comprendí que tu no haces daño, el daño lo hacen las personas que no saben amar.

Te confieso que cuando murió July sentí que tú también me habías dejado, y aunque pensé que no era posible, deje de escucharte, deje de sentirte, verte, olerte y hasta saborearte, que sensación tan desoladora, porque si bien dicen que eres la fuerza más poderosa de la cual disponemos, para nada me sentía así, hasta hace 3 meses que llegue a lazos y descubrí en los ojos de otros padres, en sus testimonios y en sus abrazos, que seguías ahí, que me engaño el hecho inconsciente de darle al dolor más espacio que a ti, tanto que no te note.

Agradezco a todos los integrantes de lazos porque en estos primeros 3 meses de muchos más, me han contagiado esperanza en un futuro, han sido una valiosa ayuda para sentirte de nuevo cada vez más fuerte hacia mí y hacia los demás.

Gracias por permanecer en mi inagotable y enseñarme a compartirte, a darte manos llenas sin condición y sin esperar nada a cambio.

Viviana Hernández,

Mamá de Julián Martínez Q.P.D 10/10/03 – 17/06/2