Loribeth Tinoco, mamá de María Alejandra, nos comparte las tres cartas.

Domingo, 1 septiembre 2024

CARTA AL TIEMPO

Sr. Tiempo.

La mayor parte de mi vida habías pasado desapercibido, creo que no te di la importancia que tienes porque creí que tenia de sobra. Pero la vida me enseño que no es así, hoy quiero agradecerte por tenerme presente en tu andar.

Gracias por la vida que he vivido con todos sus altibajos y enseñanzas. Gracias por la familia que me diste.

Gracias por los amigos de años que permanecen presentes. Y también por los que ya no lo son.

Gracias por los compañeritos de mi muñequita, que la siguen recordando y siguen escribiéndome en fechas importantes. Me hacen sentir su presencia en cada palabra dicha o escrita.

Gracias por permitirme compartir tantos momentos y experiencias con las personas que me rodean y las que se han ido.

Gracias por las personas que cada día me enseñan cosas nuevas, y con las que aprendo a entender lo afortunada que soy en muchos aspectos.

Gracias por enseñarme a entender tu importancia y valor. Hoy sé que tu si tienes principio y fin en mi vida.

Gracias por darme la fuerza para levantarme cada vez que he caído, por enseñarme y darme la oportunidad de ver el mundo de otra manera.

Y especialmente gracias por la vida de mis hijos. Por darme la oportunidad de ser mamá, por todos los aprendizajes con ellos, por permitirme reír, sentir, amar, llorar, creer, crecer y dar sin límites.

Gracias por permitirme escribir una historia de mi vida, por los años vividos, por estar siempre conmigo y con los seres que amo.

Tiempo, gracias por haberle permitido al grupo de búsqueda y socorrismo encontrar el cuerpo de mi niña cuando la corriente se la llevó. Gracias por NO quedarte con ella cuando llego su hora. Me dicen que sufrió golpes muy fuertes y si hubiera sobrevivido, seguramente estaría postrada en una cama, o quizás en coma. Gracias por evitarle un mayor sufrimiento, a veces los seres humanos somos egoístas y preferimos tener a nuestro lado a un ser amado sufriendo, con tal de tenerlos cerca, sin pensar en su sufrimiento para evitar el nuestro.

Me has enseñado que los “hubiera” no existen. Por eso, aunque estas palabras suenen duras así fueron; Así sucedieron los hechos según me contaron. Si fue cierto o no, ya nada puedo hacer.

Podría reprocharte lo que hubiese querido que fuera, pero eso nada aporta a mi vida. Al contrario, traería sufrimiento innecesario y no cambiaria lo que paso.

Te agradezco por esta tarea y por la Fundación Lazos, por ayudarme a sacar sentimientos y pensamientos guardados o escondidos que rondan en mi cabeza. Por haberme permitido llegar hasta aquí y conocerlos después de tener mi corazón y vida hecha trizas. Por permitirme sanar y avanzar.

Gracias por el hoy, por el ahora, por permitirme ver a mi hijo feliz con su familia. Cuando mi tiempo acabe, me iré feliz sabiendo que no queda solo.

Gracias por darme la tranquilidad de escribirte y poder agradecerte, por tanto, por reconocer que eres lo más valioso de esta vida, porque contigo puedo hacer realidad mis sueños, puedo disfrutar y ver lo bella que es la vida, puedo equivocarme y corregirlo, puedo aprender, conocer y compartir de todo lo que me brindas.

Gracias por seguir en mí, espero que me acompañes mucho tiempo más para seguir aprendiendo y seguir disfrutando de las cosas y personas importante en mi vida.

Enséñame, ayúdame y recuérdame no desperdiciarte ni un segundo.

PDTA:

Perdón, pero si tengo algo que reprocharte. Fuiste tú y no la muerte quien se llevó a mi hija. Fuiste tú quien estuvo limitado, y no esperaste a que alguien pudiera ayudarla, fuiste tú quien fue corto en su vida.

Att:

Lorybeth, mamita de MARIA ALEJANDRA SANCHEZ TINOCO. Oct. 27 del 2003- mayo 18 del 2018.

14 años, 6 meses y 21 días. De compañía.

“UNA SONRISA Y FRENTE EN ALTO ANTE TODO PROBLEMA”. (LA ULTIMA FRASE QUE DEJO EN SU FACEBOOK.)

Domingo 1 de septiembre 2024

CARTA AL AMOR

Bendecido Amor:

Aunque a veces te haya sentido ausente, sé que eres el sentimiento más grande en mí.

Te siento cada vez que veo a mis papás, hermanos, sobrinos, cuñados, mis hijos, mi nieto, mi nuera. Por ellos sería capaz de muchas cosas, con tal de verlos bien.

Contigo brotan los mejores deseos para las personas que quiero, para mi familia, amigos y gente que me rodea y a la que le debo muchos momentos maravillosos y especiales.

Contigo he tenido la fuerza de seguir adelante a pesar de los golpes o decepciones de la vida. Creciste al 100% cuando fui mamá. Y ni explicarte como te multiplicaste con la muerte de mi hija.

Eres infinito, incluso aunque el tiempo se acabe y la muerte llegue.

Eres la fuerza interna para salir adelante (amor propio, te llaman) muchas veces ausente o escondido, impidiéndonos darnos el valor que tenemos.

Eres tan grande y bello que me ayudas a apaciguar el dolor, la frustración, y a vencer todos los obstáculos que se presentan en el camino.

Eres tan valioso que con solo nombrarte y entender tu valor la vida puede cambiar.

Eres gratis, pero vales oro. No todos son afortunados de sentirte y vivirte, yo sí y te agradezco por ser elegida para saberlo y valorarte.

¿Siempre te visualizo de color rojo y en forma de corazón, será porque de ahí vienes? Pero gracias a mis pensamientos te alimento o te guardo bajo llave. No todos merecen que te comparta. A veces puedes ser malgastado o maltratado, pero sabes cuidarte y protegerte y vuelves a brillar donde te corresponden.

Gracias por enseñarme a cuidar de mí. Gracias por poder haber sido tan bien compartido y vivido con mi Alejita. Gracias por seguir siendo mi fuerza y apoyo para mi hijo, gracias por existir y seguir enseñándome motivos y cosas nuevas para amar. Como a Loki, un gato negro que es mi compañía desde que Alejita no está. Un amor que me había negado a sentir por creer que era una responsabilidad y gasto económico que no podía asumir. Ahora sé lo que se siente querer a un “animal” como se llaman cuando no conoces lo que te hacen sentir.

Eres un sentimiento tan grande que faltan palabras para poder describirte como corresponde, a veces siento que no cabes en mi cuerpo, cuando comparto con las personas que amo.

Amor, eres tú, quien permite que no seamos olvidados, que nos recuerden con las cosas bonitas y se olviden de muchos errores que cometemos. Sobrepasas barreras, distancias y tiempo.

Amor, te amo, agradezco y pido que habites en mi para siempre, y que cuando mi tiempo se acabe y la muerte llegue, quedes grabado en la mente y el corazón de las personas que amo y con todas las que haya tenido tiempo de compartir mi existir. ayúdame a dejar una huella bonita en cada uno.

También te pido que cuando sea el momento de poder abrazar a mi muñequita nuevamente, salgas con toda la fuerza para que ella sienta todo el amor que sembró en mi corazón con su presencia y el que sigo cosechando en su ausencia.

Amor, rodea a todas las personas a mi alrededor, que puedan vivir en paz y felices y que tu presencia en ellos sea tan inmensa, que cuando algo falle o alguien falte, tu grandeza les dé la fuerza de continuar con la vida y el tiempo que no se detienen.

Att:

Lorybeth, mamita de MARIA ALEJANDRA SANCHEZ TINOCO. Oct. 27 del 2003- mayo 18 del 2018.

14 años, 6 meses y 21 días de compañía.

“LOS PLANES DE DIOS SON MAS QUE PERFECTOS”.

(El ultimo estado en su WhatsApp

Domingo, 1 de septiembre 2024.

CARTA A LA MUERTE

 Sra. Muerte:

Hoy estoy aquí para hablarte de frente, no por que quiera, (aunque no me incomoda) es para una tarea que debo presentar y me ha puesto a pensarte mucho estos días.

Sé que vas a mi espalda todo el tiempo, pero siempre prefería ignorarte, no entendía la importancia que tienes, pues siempre las experiencias eran lejanas o no me afectaron con la intensidad debida.

Perdí algunos familiares, pero eran mayores y lo creía “normal”. No vivía con ellos, y por eso tu presencia no me afligía mucho.

Siempre te vi, como algo indeseable, con terror, como cuando tienes referencias de alguien que no es bueno y agradeces por tenerlo a kilómetros y no ser su amigo.

No puedo decir, que fue un gusto conocerte, pero eres una visita que llega sin anunciarse y sin dar espacio para decir “no te puedo recibir ese día. No estaré en casa. Te aviso cuándo podremos vernos”.

Nunca hubiese querido conocerte tan a fondo, pero agradezco que hayas aparecido en mi vida para cambiar mi visión hacia ti.

Y no me mal entiendas. No te agradezco por haberte llevado a mi hija, eso ya ni lo discuto, sé que ese es tu trabajo y que, por eso nadie, o muy pocos te quieren. Pero alguien tiene que hacer el trabajo “sucio”.

Ya no te tengo miedo, y cuando llegue mi momento, creo que te recibiré con calma y alegría. (eso espero) cuando ese momento llegue, no me hagas esperarte mucho. Evítame sufrimientos y dolores físicos, te recibiré con un gran abrazo si pasas a recogerme mientras duermo. Sé que me llevaras a reencontrarme con mi muñequita y quiero en ese último momento, irme agradeciendo y con una gran sonrisa.

Será difícil dejar a los que amo, pero me enseñaste que esto es algo natural y tarde o temprano será.

La gente se ha encargado de hacerte mala fama, de hablar mal de ti, pero, ¿qué sería de esta vida sin tu presencia?

¿Qué sería de las personas que padecen enfermedades y sufren dolores fuertes?

¿Qué sería de las personas mayores, viviendo por años y años sin un descanso necesario para el cuerpo?

¿Qué sería de las personas sin amor por la vida, al saber que nunca se acaba?

Creo que la vida perdería su valor al tenerla asegurada para siempre.

Aunque nos duela y cueste aceptarlo eres necesaria y en muchos casos deseada. Eres sanadora, haces descansar cuerpos y mentes agotadas por miles de situaciones.

Al conocerte de cerca, me di cuenta que no eres tan mala, siempre te imagine como una sombra muy oscura y lúgubre; bueno, creo que seguirás siendo lúgubre. Siempre llegarás trayendo una tristeza inmensa. Pero no eres el fin.

No sé, si lo sabes, pero quiero contarte que Alejita era una niña a la que le gustaba buscar a los niños que no eran muy acogidos por los grupos escolares… los que andaban solos en los descansos o los que llegaban nuevos al salón. Ella era quien les daba la bienvenida y los hacía sentirse acompañados y cómodos. (eso me lo dijeron varios compañeritos).

Por eso de ella aprendí que debía conocerte y no juzgarte tan duramente. Ese es tu deber. Tu tarea, tu trabajo y nada puedes hacer al respecto.

Ya no te veo con esa apariencia con la que te imaginaba. Creo que no eres tan desagradable como lo pensé. Por eso muchos te buscan y por eso dicen que muchos al ver esa luz blanca o túnel no quieren volver.

Te llevaste a mi niña, ella es luz, colores, amor y alegría y ahora tu llevas un poco de todo eso.

Trátame con amor, aunque no me desagradas no quiero saber de ti. Tomate tu tiempo, yo no tengo afán.

Att:

Lorybeth, mamita de MARIA ALEJANDRA SANCHEZ TINOCO. Oct. 27 del 2003- mayo 18 del 2018.

14 años, 6 meses y 21 días de compañía, amor y muchas sonrisas.